Creando (eligiendo) Abundancia o Carencia
O reclamarle al mundo por qué no financia tu carencia
El primer camino conduce a la transformación personal
El segundo, conduce a la victimización y crea más carencia
La creatividad es la herramienta más poderosa de la humanidad.
Es nuestra capacidad divina de elegir, de estar conscientes de las eventuales reacciones del Ego y gracias a eso, poder decidir libremente.
Para ello, es indispensable conocerse a cabalidad, honrar todo nuestro Ser, lo que incluye nuestra sombra.
Quien reconoce su sombra, se ilumina.
En términos de abundancia y carencia, parece bastante obvio qué elegir, no obstante, aquí es donde entra en juego la sombra, aquella área de nuestro Ser, mayormente inconsciente, que almacena experiencias que fueron juzgadas y dejaron anudadas facetas de nuestra conducta, que nos “obligan” (patrón de conducta insano) a elegir de modo reactivo, en cuyo caso, podemos terminar eligiendo, inconscientemente, la carencia en una o más facetas de nuestras vidas.
Como estos patrones funcionan de modo inconsciente, en algunos casos, ni siquiera sabemos que existen en uno y es necesario un profundo trabajo personal para ir, literalmente, descubriendo estos patrones.
Una forma básica y sencilla de reconocer si algo de esto está sucediendo es observarse a uno mismo, en particular en aquellas áreas de nuestras vidas en las que nos sentimos trabados, que algo no fluye, y comenzar a observar cómo se manifiesta la gratitud y cómo se manifiesta la queja.
No se trata de forzar mentalmente que se manifieste uno o reprimir el otro, se trata de observarnos libremente y sin juicios.
La manifestación estable de la gratitud es señal de abundancia, tanto dar las gracias, como recibirlas.
Análogamente, la manifestación estable de la queja es señal de carencia, tanto al quejarse, como al recibir (atraer) quejas.
En muchos casos, estos patrones están sostenidos por condicionamientos sociales.
Muchos se quejan de los políticos corruptos e inconscientemente los siguen avalando, en este caso en particular, literalmente los siguen eligiendo.
Otro condicionamiento social interesante, es la respuesta automática a un “gracias”.
En Estados Unidos, por ejemplo, país que, como cualquier otro, tiene facetas en luz y otras en sombra, en comparación a Latinoamérica, están claramente más vinculados a la abundancia que a la carencia.
Sin pretender que por ello sean perfectos, la idea es considerar sólo esta área aislada, cual es, cómo responden a la gratitud. La expresión habitual como respuesta a un “gracias” en Estados Unidos es “you’re welcome” (bienvenida).
En Chile, en cambio, la expresión de respuesta más habitual es “de nada”.
En Argentina, la respuesta más habitual comienza con una negación: “no”.
En muchísimos casos la respuesta termina siendo “no, por favor”.
El punto en cuestión no trata de que en Chile o Argentina la respuesta sea correcta o errada.
El punto en cuestión es que quien desee dejar de elegir la carencia en aquellas facetas de su vida donde está, necesita, en muchos casos, comenzar a tomar consciencia, tanto de sus patrones individuales como de los colectivos que se han recibido como herencia.
Una vez descubierta una faceta condicionada, es decir, respuestas programadas en nuestro Ser que evitan nuestra libre elección, comienza la iluminación.
En muchos casos, con el sólo hecho de hacer consciente un condicionamiento, éste tenderá espontáneamente hacia la liberación.
En otros casos, esto será sólo la punta de un iceberg y requerirá procesos terapéuticos tendientes a reconciliarnos con aquellas experiencias que sostienen dichos condicionamientos.
Es importante destacar que abundancia o carencia, no sólo se refieren a lo económico, sino, como ya hemos señalado, a cada área de nuestra vida.
Alguien que esté (inconscientemente) eligiendo la carencia afectiva, por ejemplo, podrá descubrir la queja como patrón estable en sus vínculos afectivos, como ya señalábamos, no sólo en la propia queja, sino también en ser el foco de ellas (atraerlas).
Como síntesis, haremos una extensión del texto introductorio:
Puedes aprender a crear riqueza en cada faceta de tu vida
O reclamarle al mundo por qué no financia tu carencia
El primer camino conduce a la gratitud, la gratitud conduce a la transformación personal y ésta, a la abundancia
El segundo camino conduce a la queja, la queja conduce a la victimización y ésta crea más carencia
Mauricio Onetto