Adaptación a la Iluminación
“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad” - Carl Jung
Nos podemos resignar a un sistema disfuncional o nos podemos rebelar colaborando a la evolución y transformación del mismo sistema.
En ambos casos el desafío es el mismo; adaptación.
Aprender a aceptar y adaptarse al sistema o aprender a aceptar y adaptarse a constantes revoluciones.
El sufrimiento es reflejo de una falta de adaptación, en cualquiera de los casos y nos pone en contacto con el camino elegido.
Hacer conscientes estas resistencias nos concede incluso, la oportunidad de volver a elegir camino.
Por ejemplo, quien ha elegido, consciente o inconscientemente, resignarse a un sistema y sufre la interacción del mismo, puede dirigir sus energías para alcanzar aceptación o elegir rebelarse.
En el caso opuesto, quien ha elegido rebelarse y sufre los constantes cambios, en sí mismo y en su entorno, puede dirigir sus energías para reconciliarse con los cambios, con las revoluciones (propias y ajenas) o renunciar a la rebelión y buscar conscientemente la aceptación del sistema.
No estamos obligados a seguir el mismo camino, como tampoco estamos obligados a sufrir.
Sufrir es una opción.
Quien ya no quiera elegir el sufrimiento, requiere hacer consciente qué camino ha venido siguiendo, elegir si lo continúa o cambia, y más importante aún, aceptar las consecuencias de la senda elegida.
Si te molestan los cambios, si te molesta que otros cambien, si te molestan los constantes cambios de otros, si te incomodan las revoluciones, propias o ajenas, estás sintiendo tus propias resistencias a una revolución deseada, elegida a medias y no aceptada del todo.
Análogamente, quien sufre la forma en que es tratado, quien vive constantes reacciones externas, quien no entiende conductas propias o ajenas, por qué otros hacen lo que hacen y constantemente no se siente parte, está percibiendo las resistencias a una pertenencia elegida a medias y no aceptada del todo.
Cualquiera sea el caso, una vez hecho consciente, podemos elegir, ya sea renovar votos por la misma senda, ahora asumida plenamente, o rebelarse enteramente y de corazón, viendo más claramente las consecuencias de ambas opciones, asumiendo con las fuerzas renovadas del libre albedrío, la tarea de adaptación.
Y como pertenecemos a muchísimos sistemas simultáneamente, este análisis puede resultar muy útil en cada área de la vida.
No existen caminos correctos o incorrectos, sino elecciones conscientes o inconscientes.
La vida nos invita, entre otras cosas, a aprender a elegir, a hacernos responsables de las consecuencias de dichas elecciones y a disfrutar del camino.
Para trascender cualquier forma de sufrimiento es necesario volverse más consciente (transformación personal), lo que permite ver el asunto más claramente y elegir con una mejor perspectiva. De esto se trata, esencialmente, la iluminación.
Mauricio Onetto